Cada 25 años, Roma se convierte en el epicentro espiritual del mundo con la celebración del Año Santo o Jubileo, una tradición milenaria que reúne a millones de fieles en una experiencia única de fe y renovación. Pero dentro de este gran evento, hay un momento especialmente esperado por nuevas generaciones de creyentes: el Jubileo de los Jóvenes. Este 2025, la ciudad eterna vivió una edición histórica, cargada de emociones, sorpresas y una profunda muestra de esperanza. Más de un millón de jóvenes provenientes de los cinco continentes llegaron a Roma durante una semana llena de celebraciones, oración, música y comunión. Bajo el lema de la unidad y la fe, estos peregrinos no solo caminaron por los lugares sagrados del cristianismo, sino que también dieron testimonio de que la juventud católica está más viva y comprometida que nunca. Un Jubileo marcado por la historia El Jubileo 2025 quedará para siempre grabado en la memoria colectiva de la Iglesia. Fue inaugurado por el Papa Francisco el 24 de diciembre de 2024, con la tradicional apertura de la Puerta Santa de la Misericordia en la Basílica de San Pedro. Sin embargo, pocos meses después, el mundo católico se vio sacudido por una noticia inesperada: el fallecimiento del Papa Francisco el pasado 21 de abril, coincidiendo con el Lunes de Pascua (Pasquetta). A pesar del luto, el espíritu del Jubileo no se detuvo. En un proceso rápido y guiado por la oración, el cónclave eligió al nuevo pontifice: el Papa León XIV, quien asumió su rol en medio del calendario jubilar. Su elección fue recibida con esperanza y entusiasmo, especialmente por los jóvenes reunidos en Roma.
La juventud dominicana dice presente La República Dominicana estuvo representada por una vibrante delegación de 400 jóvenes, provenientes de todas las provincias del país. Con banderas, cantos y alegría caribeña, los jóvenes dominicanos participaron activamente en las actividades litúrgicas, catequesis, vigilias y conciertos, dejando una huella de fe y entusiasmo en cada rincón del evento. Para muchos, esta experiencia fue transformadora. “Estar en Roma, con jóvenes de tantas culturas, todos unidos por la fe, fue un regalo de Dios. Nunca lo olvidaré”, compartió una joven peregrina dominicana.
Más que un evento, un llamado El Jubileo de los Jóvenes 2025 no solo fue una gran celebración, sino también un llamado al compromiso, la esperanza y la paz. En un mundo lleno de desafíos, los jóvenes mostraron que el Evangelio sigue siendo una fuente de luz capaz de unir a pueblos y generaciones. Roma fue testigo de esta gran manifestación de amor y fe. Y aunque el Jubileo concluirá oficialmente al final del año, el fuego que encendió en el corazón de millones seguirá ardiendo por muchos años más.
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